Este tomo me ha gustado tanto o más que el primero. Y sigue sin ser una serie que destaque por su trama principal, que parece más secundaria y en este tomo apenas avanza, salvo la relación entre Conan y Ran, puesto que ésta empieza a hacerse conjeturas sobre la verdadera identidad del niño.
Además está el tema del amor. Sabemos que Ran quiere a Shinichi gracias a un descuido en el que Conan consiguió sacárselo, pero claro, él no puede decirle nada sobre ello y tampoco sabemos si él siente algo por ella, pero si esto fuera así, habría signos de una impotencia evidente de no poder contárselo, y oye, que yo a Edogawa lo veo bien tranquilo. Muy interesante.
Todos los casos son geniales, con sus más y sus menos. A mí el que más me gustó en este tomo fue el del museo.
-Lo mejor; La relación Ran-Conan. Sigue igual de entretenida pero más interesante.
-Lo peor; No se me ocurre nada.
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